Ivette Sosa
Reza el refrán que “febrero loco y marzo otro poco” y este mes lo mismo se han sentido calores intensos durante el día, que fríos extremos hacia la noche y el amanecer con evidentes riesgos para la salud de las personas que están expuestas, a la intemperie, a estos cambios bruscos de la temperatura..
Por ello, una veintena de migrantes istmeños que hacían guardia en el Puente Nuevo, en Matamoros Tamaulipas, para pedir asilo político a los Estados Unidos, fueron enviados a un refugio temporal, con el fin de brindarles protección ante las bajas temperaturas.
FAMILIA LLEVABA 43 DÍAS EN EL CRUCE INTERNACIONAL
Carlos Humberto Toledo López es un ciudadano hondureño quien, junto a esposa María Ramos, tres hijas y una nieta de cinco meses, permanecía a la intemperie desde hace 43 días en el cruce internacional a la espera de una entrevista con el personal de inmigración de la vecina nación.
Con cuatro grados centígrados, pero con sensación térmica descendiendo a menos uno, se informó que la si la familia Toledo permanecía a la intemperie, se arriesgaban a sufrir hipotermia e incluso la muerte. “Aceptamos el traslado por la seguridad de mi nieta, aunque perdamos nuestro lugar en la fila de solicitud de asilo”, lamentó Carlos Humberto.
Personal del Instituto Nacional de Migración (INM) fueron los encargados de trasladarlos al gimnasio del centro deportivo Eduardo Chávez, lugar que el municipio designó como refugio para la actual contingencia climática que se vive en Matamoros.